Juan 3:16

Mi testimonio

Antes de poder tomar la decisión de comprometerme y dedicar más tiempo a Dios, en fin, de ser más constante y consecuente con mi decisión de optar por ÉL. Siempre estuve vagando en búsqueda de llenar un vacío interno el cual buscaba colmar con lugares, con personas, con vivencias, con obras, pero nunca estaba satisfecha. Siempre tuve la certeza de saber que estaba Él para mi, que podía contar con Él, pero sabía que debía también ser consecuente con mi vida Cristiana, que debía actuar conforme a lo que significa ser hija de Dios y que en la vida para conseguir satisfactoriamente algo, siempre se debe optar y se debe tomar una decisión difícil, la cual es aquella que te estanca a poder concretar hechos esperados.

Esto era lo que me impedía tomar la decisión y dar el paso para sentirme completa. Lo irónico de la vida es que uno como ser humano muchas veces toma malas decisiones, teniendo la certeza de esto, solo con el fin de obtener felicidad rápida y fugaz. Pero Dios a través de la repetitividad de esto en mi vida y de las “Diosidencias” me hizo comprender que era tiempo de optar por Él.

Mi vida durante mucho tiempo se sustentó en llenar vacíos a través de la relación sentimental. Mi tiempo era dedicado a mis aspiraciones emprendedoras del ego y a mi vida sentimental, y la dependencia de esto me hizo llegar, incluso, a ser una persona relativista de acuerdo a lo que antes yo no consideraba en mi actuar y finalmente no había consecuencia entre lo que pensaba, decía y hacía.

Lo que yo nunca pensé es que ser una persona así, me traería amargura y desilusión de mi misma además de un gran vacío interior, pero finalmente de un despertar de mi conciencia. Por lo que decidí, gracias a  mi Papito Dios, retroceder un paso, para avanzar luego 2, 3 y muchos pasos más en mi vida.

Algo doloroso, en un comienzo, fue tener que dejar a alguien especial con el cual pensé que iba a compartir el resto de mi vida, pero Dios muestra siempre los motivos y aunque cueste dar el paso, te da la fortaleza para hacerlo y llena toda carencia. Existen momentos de debilidad en el cual uno tiende o es tentado en querer volver atrás, pero finalmente Dios te muestra cuan grande y misericordioso es y que no está dispuesto ya a perderte y te llena con su amor y te disciplina para forjarte, formar tu caracter y ser instrumento de Su propósito Supremo.

Haber tomado la decisión, que es personal (ya que Dios es muy respetuoso), de entregar mi vida cada día a Él, me permitió abrir puertas a que Él pudiera también restaurar día a día a mi familia, que me diera promesas con propósito acerca de lo que el tiene para mi, en especial de sanidad a mi familia y principalmente a detener esa búsqueda incesante en mi vida de querer llenar ese vacío en mi corazón, vacío que solo logré colmar con el renacer de mi vida en Él y para Él. Cada día mi vida sé transforma desde adentro porque estoy perseverando con mi voluntad y creyendo a Dios. "Soy una vencedora en Cristo Jesús" (Romanos 8:37) y esto me trae poder de liberación. He conocido "La verdad que me ha hecho libre" (Juan 8:32), libre de las mentiras, emociones y sentimientos malignos que me tenían prisionera y que me impedían gozar de la vida en abundancia que Dios me ofrece.

Existe un antes y un después... realmente ÉL hace nuevas todas las cosas y al dejar tu vida pasada (día a día ya que es una lucha permanente y una decisión constante no basada en emociones), al reconocerlo como Dios misericordioso, que constantemente en tú vida te dará el perdón por gracia, si existe arrepentimiento y conciencia e intención en el corazón de no volver a cometer los hechos, Dios te hace libre y nueva creatura, hijo de Dios.

Ya no creo lo que me dice el mundo, ni mis viejos pensamientos que usa el enemigo para robar mi paz interior, porque ahora yo creo a mi Padre Celestial, y yo creo en su palabra. Si me señalan y me juzgan, persevero en no temer ni sentirme pequeña, porque solo Dios conoce mi corazón. Nadie puede juzgarme porque nadie es libre de pecado. Sé que ahora llevo vestidura blanca porque soy Hija de Dios por adopción (Efesios 1:5). Ahora sé que merezco el amor verdadero. No necesito engañarme ni engañar a otros para obtener el amor. Yo me acepto como soy y estoy aprendiendo a amarme; pero no acepto los hábitos malignos que hacen daño a mi vida. Por eso renuncio a ello, con espíritu de poder porque "Dios no me ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio" (2 Timoteo 1:7).

Con respecto al futuro... Que sea lo que Dios quiera y que todo sea para gloria de Él. Mi fortaleza está en Cristo Jesús. Él vino a mi vida para darme salvación, hacerme libre al sanarme interiormente y transformarme. Por eso ahora puedo amar a Dios con libertad, a mi prójimo y a mí mismo. El pasado quedó en el ayer, el mañana está en sus manos, mi hoy busco vivirlo sin afán. Ahora tengo paz que nace en lo más profundo de mi ser. Es "La paz que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7). Ahora soy libre y tengo paz en su camino, y el camino es Jesucristo. Por esto, estoy aprendiendo a vivir el hoy, sin el afán de un mañana terrenal que no ha venido, ni el dolor del ayer. Estoy aprendiendo a seguir adelante sin la carga del pasado y sin la frustración de los sueños no realizados. A Vivir cada día realizando las metas según la visión, capacidad, dones y talentos que Dios me da. Sé que el propósito para lo que Él me ha llamado estará a mi alcance y esto me da paz.